Festival Indio Tairona

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Música Vallenata Tradicional

El formato típico de la música vallenata tradicional está compuesto por el acordeóno Guitarra, la caja y la guacharaca. El acordeón, por su parte, tomó el lugar de instrumentos de viento melódicos de origen indígena como el carrizo y la gaita, y se consolidó como el instrumento líder de esta música. Sin embargo, el vallenato tradicional, puede ser interpretado tanto con los instrumentos típicos como en una sinfónica. Lo importante, en este caso, es aclarar que no todo lo que se toca en acordeón es vallenato; el acordeón es un instrumento universal y puede interpretar cualquier clase de música. Este instrumento (aerófono) se adaptó al folclor existente y terminó por definir, principalmente por el marcante de sus bajos, los cuatro aires de la música vallenata tradicional. Los instrumentos típicos que representan la tradición de la manifestación, identifican a ésta, no sólo por la singularidad de su presencia dentro del contexto musical e histórico, sino por la forma en la que son ejecutados y por el tipo de melodías que se producen, mayormente de armonías de combinación consonante.

Hay melodías y combinaciones que no encajan en el contexto vallenato y por lo tanto nunca podrán pertenecer a este género, por más que se deriven de él o que utilicen sus instrumentos tradicionales combinados con otros nuevos.

Acordeón
Caja
Guacharaca
Guitarra

Es conocida en Atánquez y Valledupar la historia de José Carrillo Mindiola, enviado a España a estudiar para hacerse sacerdote pero que luego de un tiempo, no sólo colgó los hábitos, sino que regresó a su tierra cargando un acordeón. Adán Lúquez, un anciano atanquero, narró que “Chepa”, hermano de José León, conservaba la sotana, algunos libros y el acordeón. Es muy probable que este haya sido el primer acordeonero vallenato, pues si bien el acordeón ya estaba en la región, se lo usaba para tocar música europea. El más antiguo de los acordeones de que se tenga memoria en el Vallenato es del acordeón llamado Moruno, de un teclado. Le siguió el de Espejito, que tenía tres espejos y un empaste de ramos dibujado de manera similar a una tela de moda llamada Tutankhamen, por lo que este acordeón también fue conocido con este nombre. En 1925 se conoció el Regal, de un teclado y dos bajos.

 

Y vino el Tornillo de Máquina, más desarrollado que los anteriores. En 1932 volvió el Moruno, como son los actuales, pero tenía en las tapas unos chupaflores y unas guacamayas pintados, por lo que le llamaron acordeón Guacamayo, de dos teclados y cuatro bajos. En 1935 apareció el Hohner, primero, de dos teclados y cuatro bajos, y en 1938, de dos teclados y ocho bajos.

 

Ese acordeón fue el que entre ese año y 1943, Tomás Nieves y Pablo Galindo le regalaron a Lorenzo Morales Herrera y él lo bautizó “Blanca Noguera”, el cual costó 27 pesos. Para la misma época, y ya existiendo la rivalidad entre Morales y Zuleta, los jagueros le regalaron a éste un acordeón de 20 pesos, también de dos teclados que Emiliano bautizó “La Morena”, y en el cual compuso “La gota fría”. Otros tipos de acordeón conocidos y bautizados por nuestros músicos atendiendo alguna de sus características fueron:

 

El Marca Venao, el Acordeón de Cuchara, el Acordeón de Tembladera, el Acordeón de Aumento, Barrilito, Acordeón de Trompito, Club Segundo, de Cambio, de Palanquita, Melodión, Similá y Colibrí. Más adelante se conoció un acordeón Hohner llamado Club Tercero que tenía dos palanquitas para graduar los tonos. Después esas palanquitas las convirtieron en botones, y ya cerca de los años 1950 apareció la máxima perfección que son los acordeones de tres estilos: el ADG, el GSF y el Cinco Letras que es el actual acordeón.

Los Cuatro Aires de la Música Vallenata Tradicional

Los cuatro aires considerados como propios de la música vallenata tradicional, son cuatro (4), dos (2) de subdivisión binaria: el paseo y el son, y dos (2) de subdivisiones ternaria: el merengue y la puya.

 

El merengue: cifrado en 6/8, se presenta generalmente en tempo medio, aunque es posible encontrarlo también en tempo mucho más rápido.

 

La puya: es el más veloz de todos. En este aire, el acordeonista tiene por norma no parar en ningún momento el acompañamiento en 3/4 de los bajos y suele efectuar complejos pasajes polirítmicos con la mano derecha.

 

El son: tiene siempre tempo andante y acento obstinato sobre los tiempos fuertes del compás, en el acompañamiento de los bajos del acordeón.

 

El paseo: que es el más difundido comercialmente de todos ellos, no tiene tempo preestablecido y por esta razón puede ser interpretado en tempo muy lento o extraordinariamente rápido.